Día de verano soleado y caluroso, como aquel del mismo mes de 1936, cuando se produjo un alzamiento militar contra el Gobierno de la República Española, dando lugar a la Guerra Civil Española que tantos miles de muertes y heridas, ocasionó entre padres, hijos y hermanos.
Sin duda alguna, todos los que en ese momento simpatizaban con uno u otro bando perdieron. Los que les tocó participar en la contienda, independientemente del bando en el que militaban o les forzaron a militar, raramente hablaban del tema, ya que sin duda fue la peor de las experiencias de sus vidas.
Se perdieron vidas, cultura, economía, medios y formas de vida y se dejó sembrado un odio y un rencor que 83 años después, no deja de ser sacado de vez en cuando del cajón de la Transición en el que se había metido por todas las Fuerzas Políticas del momento, para utilizarlo "a medida de las necesidades".
Cuando nuestros representantes políticos dejarán de utilizar la Guerra Civil como un recurso político "recurrente" y se pongan de acuerdo en cerrar las heridas abiertas (sobre todo las recientes) sin vencedores ni vencidos, pasando estos luctuosos hechos, a formar parte de la historia negra de nuestro país.
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