Día de lluvia discontinúa. Sin novedad por el pueblo.
Me dice el amigo Vicen (el carpintero), que me estoy volviendo "vaguete" y que no cuento nada más que el tiempo (que siempre es socorrido). La cuestión es que diciembre está dando poca información, así que aprovechando que hoy mi abuelo Joaquín López Fuente hubiera cumplido 101 años y en homenaje a su figura y como felicitación de cumpleaños (a pesar de que ya hace casi 32 años que nos dejó), recapitulamos la situación de España un 14 de diciembre de 1919, que la verdad también estaba muy revuelta y aún así, hemos aguantado mas de 100 años para contarlo, lo cual es esperanzador de cara al futuro.
Cuenta "M." el periodista de Diario de Burgos:
Estamos asistiendo a la descomposición de un partido que era el único que parecía inmune al morbo que desde hace un tiempo, unos cuantos años, tal vez desde el comienzo de la guerra europea, ha atacado a la política, aunque mejor sería decir a la vida universal.
Estamos presenciando la descomposición del partido liberal-conservador, debido a la excusa única originaria de los trastornos que sufre el país; el desconocimiento del principio de autoridad, el olvido de la disciplina; los jefes han perdido iodo el prestigio que tenían sobre las masas y son éstas las que discuten y cohiben a los Jefes, desmintiéndoles, ordenándoles. imponiéndoles normas y criterios.
Cuando advino al poder el señor Maura y obtuvo el decreto de disolución, comenzaron a notarse los primeros síntomas corruptores que en las huestes, acaudilla el señor Dato.
Estuvieron sus amigos aguardando prudentemente á que se cumplieran todas aquellas tentativas de Gobiernos liberales y de concentración que se sucedieron desde la caída del marqués de Alhucemas y la nueva ruptura del bloque liberal deshecho por las travesuras del conde de Romanones y las impaciencias del señor Alba, contenidos por la secreta esperanza de volver a a ocupar el Poder, con el predominio y la garantía de firmeza y seguridad que daban su cohesión y su número, frente a las demás agrupaciones políticas, sin suficiente fuerza parlamentarla ni social para desarrollar una etapa de Gobierno, sin pedir auxilio ni buscar colaboraciones.
Los liberales conservadores, se creyeron los únicos que podían recoger el Poder cuando acabasen las tristes experiencias de Gobiernos efímeros y deleznables, que apenas podían resistir tres meses de vida. Se reservaban con un desdén olímpico para los otros, a los que negaban o hacían merced de su benevolencia.
Pero he aquí que, cuando más evidente era un cambio de política y más oportuno un decreto de disolución, no es al partido liberal conservador al que se llama a Palacio y se le otorga la merced, en reconocimiento de su capacidad y de su fuerza, sino al señor Maura, o lo que es lo mismo, a los más encarnizados enemigos que aprovecharían la ocasión para hacerse a su vez fuertes y disputarles el título de representantes de las clases conservadoras del país.
Desde entonces en los ex-mlnistros datistas, comenzó a fermentar la protesta, hija del despecho y de la irritación, y este malestar se fue comunicando a los inferiores, y comenzó la discordia y la disputa. La solidaridad que existía entre los miembros del bando datista fue rota, y cada exministro se erigió en cabecilla, con opinión propia y propios partidarios.
iQué triste situación la del señor Dato, colocado entre sus deberes como monárquico y patriota y la indisciplina de los primates del partido!. No se pudo llevar a efecto la concentración conservadora, no se pudo sostener la inteligencia electoral, no se pudo mantener el pacto parlamentario, y el señor Dato se vió obligado a adoptar una actitud de reserva y pasividad.
Y cuando los datistas, mejor, los ex ministros liberales conservadores creyeron que por fin el Poder había llegado á sus manos por tiempo indefinido, he aquí que de nuevo se le niega a su jefe el decreto de disolución, sin el cual no es posible desarrollar ninguna labor seria y fructífera, y los exministros sin duda, no han podido soportar esta nueva negativa y se han opuesto a acceder aunque el señor Dato, en su deseo de servir á la Corona, ofreció.
¿No traerá esto consigo la retirada tal vez del señor Dato y la constitución de nuevos grupitos, que vendrán a atomizar más de los que está el Parlamento, con el cual no es posible gobernar?
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