martes, 11 de enero de 2022

Martes, 11 de enero de 2022

Día suave con temperaturas en torno a los 10 grados. Sin novedad por el pueblo.

Tal día como hoy de 1984, Agapito López Varona, cronista de la historia de nuestro pueblo desde 1932 a 1977, fallecía en su cama a la edad de 89 años. Hijo de José López García y Prudencia Varona Maté, era el quinto hermano de ocho, Apolonia (1886-1968), Jacoba (1889), Julio (1891), Balbina (1892), Agapito (1894-1984), María Patrocinio (1897), Antonio (1898) y Mariano (1902), de los que sólo sobrevivieron Apolonia y Agapito.

Destacado estudiante en la escuela de Villanueva de Argaño recibió un diploma al mérito  de la Junta de Instrucción Pública el 02 de julio de 1905.


Agapito se casó el 10 de febrero de 1919 con Lucila Fuente Gutiérrez y tuvieron cinco hijos, Joaquín Emeterio, Teresa Gregoria, Miguel Felipe, Felisa y Eloisa Blanca los cuales con sus respectivos matrimonios con Claudia, Tino, Victoria, Frutos y Joaquín, ampliaron la familia en unos 70 descendientes (y la cifra se sigue ampliando).

Durante su vida desempeñó labores como agricultor, ganadero, cartero, campanero, sacristán, ajustador, comediante, orador, organizador de viajes, corredor de seguros, proyeccionista de cine, corresponsal de "la Voz de Castilla" y alcalde de Villanueva de Argaño.


Como alcalde pasó al menos 23 años entre 1931 hasta 1954 (que pasó el cargo a Teófilo García). De 1932 a 1939 supo mantener un buen pulso político tanto con el gobierno provincial de la República, como durante la Guerra Civil, y de 1939 a 1954, un perfil ajustado a posguerra y dictadura del General Franco.

Como alcalde mantuvo las procesiones durante la República y el carnaval en la Posguerra; trajo el agua a la plaza del pueblo, inaugurando la fuente (seguramente negociando con "las Señoritas Gómez Luengo" el paso de la traída del agua por sus tierras, a lo que en principio se negaban); en 1941 el cable de teléfono; en 1950 negoció en Madrid la compra entre varios vecinos de las "tierras de las Señoritas" y la construcción del lavadero; en 1954 la compra de la cruz parroquial y otros útiles religiosos para la iglesia, y en 1955 la refundición de una de las campanas. 

No tuvo ambiciones políticas, mas allá de la alcaldía del pueblo y fue una persona respetada tanto en Villanueva de Argaño, como en los pueblos circundantes, donde todavía hoy, se habla del Sr. Agapito. 

Una calle del pueblo, sería un buen tributo y reconocimiento a su memoria.




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