Día templado y agradable.
Sin novedad por el pueblo, hacemos unas anotaciones de la historia de otra de las casas nuestra localidad y que fue demolida el pasado sábado al encontrarse en la ruina más absoluta. En la documentación de este texto han colaborado Inés, Elvira, Severino y Antonio José, a los cuales, damos las gracias.
La casa conocida como "la casa del Capataz", se encontraba entre las actuales de Saturnino y Severino, y ahora luce un bonito portón renovado, que da acceso a un gran patio con pozo de piedra y a lo que era la casa propiamente dicha.
A principios del siglo XX vivieron en ella Félix López Valladolid, su mujer Crispina Pampliega y una hija llamada Felisa, que posteriormente se casó y vivió en Olmillos. En esa época, posiblemente el número de la casa fuera el 27 de la calle Real.
Félix era hijo de Manuel López González (de Isar) y Marta Valladolid Lodoso -que vivían en la casa de al lado, lo que hoy es la casa del Ayuntamiento y de Severino-, por lo que en aquellos tiempos posiblemente formara parte de la primera. De Crispina nada os podemos contar, pero por el apellido, no será descartable que procediera de la zona de Hornillos del Camino u Hormaza.
Hacia la mitad del siglo XX, la casa pasó a las manos de Teófilo -nacido en la caseta de Citores-, y su mujer Guadalupe (Upe) -nacida en Villalvilla de Villadiego-.
Teófilo era capataz de obras públicas y vivían en esa casa con su madre Valentina y una sobrina que se llamaba Angelines, hasta que marcharon a vivir a Villadiego hacia 1973. Como curiosidades, Teófilo formaba "cuadrilla" con Martín Sedano, José María Rodríguez y Joaquín López y en los meses de otoño tenía el patio lleno de nueces a secar (de los nogales de la carretera), compartiendo unos buenos puñados con la chavalería de entonces.
Desde los años setenta y hasta nuestros días, la casa no volvió a ser habitada y así ha aguantado 50 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario