sábado, 25 de noviembre de 2023

Sábado, 25 de noviembre de 2023

Buen día de otoño con temperatura agradable rondando los 18º (hasta que se puso el sol, claro). 

El apellido García es el más abundante y repetido en el pueblo, rondando la cincuentena de vecinos (y ello sin contar a los que residen a temporadas, hijos, nietos y demás familias). Esta referencia viene a que todos estos "Garcías" hoy están de "santo", ya que los 25 de noviembre se celebra "San García de Arlanza" y desde aquí, los felicitamos.

Decían hacia el siglo IX, que "quien nombre no tenía, García se ponía", y entre unas cosas y otras, se ha llegado a que "García" ocupe el 10º lugar en los apellidos del mundo superando los 10 millones (en España algo más de 1,4 mills.).


Además del santoral, hoy también se cumple el 950 aniversario del fallecimiento de San García de Arlanza y dedicamos un hueco el Garhanno, para contar un poco de la historia de este importante Abad burgalés que vivió en la Castilla del siglo XI:

San García nació a principios del siglo XI en la pequeña localidad burgalesa de Quintanilla (actualmente Quintanilla San García, a escasos kilómetros de Briviesca). Siendo muy joven fue enviado al monasterio benedictino de San Pedro de Arlanza, donde creció en la dura vida monacal y alcanzó el grado de abad en 1039, manteniéndolo hasta su muerte en 1073.

Fue consejero de los dos primeros reyes de Castilla, Fernando I el Grande y Sancho II el Fuerte y participó en el concilio de Coyanza (actual Valencia de Don Juan - León) en el año 1050, que fue convocado por Fernando I el Grande para poner fin a determinadas controversias religiosas del reino. El Concilio contó además de la presencia de nuestro santo, con la de los obispos de Lugo, Ovierdo, Iria, Santiago de Compostela, León, Astorga, Pamplona, Viseo y los abades Domingo de Silos e Íñigo de Oña. Este Concilio se considera el más importante de los celebrados hasta entonces, ya que puso luz en la oscuridad medieval suprimiendo el rito mozárabe o visigodo que se utilizaba en la Iglesia Hispana, por el rito romano en latín del Papa Gregorio VII y otros cánones que no referenciamos por no extender demasiado el artículo.

San García de Arlanza fue contemporáneo de Santo Domingo de Silos, San Iñigo De Oña, San Sisebuto de Cardeña y del Cid Campeador. Su firma y la de Rodrigo Díaz de Vivar (actuando como testigo), aparecen en tres documentos de donaciones de fecha 18 de marzo de 1068, 22 de abril de 1069 y 26 de junio de 1070.

A García se le atribuyen milagros: uno en Viernes Santo de 1043 -año de escasez-, cuando al bendecir la mesa, el agua se convirtió en vino. Este milagro se recuerda en su pueblo natal con la redondilla: 

En Quintanilla nací; con el auxilio divino, 
el agua en vino, en Arlanza convertí. 

Los otros milagros ocurrieron en 1060 o 1061, cuando mediante revelación divina supo dónde estaban enterrados los cuerpos de los santos mártires del siglo cuarto, San Vicente, Santa Sabina y Santa Cristeta. Acompañado de los abades Domingo de Silos y Sisebuto de Cardeña, comunicó el hecho al rey Fernando I en la localidad de Santa Cristina (cerca de Zamora), y se trasladaron a las ruinas del templo más antiguo de Ávila, donde encontraron los cuerpos de los mártires que fueron trasladados al monasterio de Arlanza.

Tras fallecer Fernando I y su hijo Sancho, San García murió en el monasterio de Arlanza un frío día de otoño del año 1073 (seguramente el 25 de noviembre). Sus restos fueron depositados en un sepulcro en la capilla de los mártires donde reposaron hasta 1620, siendo extraídos y reducidos en una urna, con motivo de la petición del Rey Felipe III al papa Pablo V de abrir un proceso de  santificación de García de Arlanza. 

En San Pedro de Arlanza permanecieron hasta 1835, cuando extinguido el Monasterio, los restos de San García fueron llevados a la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias, y su anillo abacial se trasladó al monasterio de Santo Domingo de Silos, donde se conservan actualmente. 

Con ocasión de la canonización, uno de los fémures del santo fue entregado el 16 de enero de 1625 como reliquia a la iglesia de su pueblo (Quintanilla San García), siendo colocado en un lugar de honor en el retablo principal. Su tranquilo reposo fue roto doscientos años después, cuando el 15 o 16 de junio de 1813 las tropas francesas de Napoleón, saquearon la iglesia. En el saqueo se llevaron el contenedor de plata y dejaron tirada en el suelo la reliquia, que fue recogida por un feligrés y entregada al párroco. El 25 de septiembre de 1813 y después de ser confirmada su originalidad por Cecilio Guzmán Gutiérrez (juez de la comisión nombrada al efecto), fue de nuevo repuesta al altar. 

Y con esto terminamos esta historia que daría para una gran película y os invitamos a visitar el pueblo de Quintanilla San García, que tiene muchos cosas que ver.

San García de Arlanza

Quintanilla San García (Burgos)



Bibliografía: 

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