Día un poco más fresco que los anteriores y más en línea con el marzo burgalés, ideal para trabajos de huerta y fincas.
Por la tarde tarde-noche, se apagaron las luces de la iglesia como gesto y compromiso con la naturaleza y para recordarnos, que hay que practicar un uso eficiente de todo lo que tenemos y de lo que difícilmente podremos vivir sin ello cuando se acabe. Lamentablemente, por unas razones u otras, prácticamente a todo el planeta se la trae al pairo el tema del ahorro y raciocinio del consumo eléctrico y de materiales, así que lo llevamos claro; claro, clarinete...
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