Día frío de chaqueta gorda, con unos pequeños matapolvos que no contribuyeron a mejorar la jornada.
Sin novedad por el pueblo, os contamos por qué en España, es "relativamente fácil" acceder al árbol genealógico personal, al menos desde el final del siglo XVI. Lo de "relativamente fácil" es un poco atrevido, pero con mucho trabajo de investigación se pueden conseguir grandes resultados de 14 líneas de ascendientes, al no ser que pertenezcáis a la nobleza (difícil).
El tope genealógico se suele encontrar el final del siglo XVI y/o hasta la mitad del siglo XVII, salvo que los libros hayan desaparecido por guerras, incendios, derrumbes, robos, etc., ya que el Concilio de Trento declaró obligatorio en la sesión XXIV el 11 de noviembre de 1563, la obligación de registrar todos los bautizos en cada Parroquia, anotando el nombre del nacido, padre, madre y padrinos. Este hecho histórico viene narrado de la siguiente forma:
Otra de las "facilidades" para acceder al historial genealógico fue la adicción en algunas parroquias en el registro de recién bautizado, los nombres de los abuelos, que si bien no era masivo en el siglo XVII, en el XVIII ya figuran en la mayor parte de las partidas de bautismo (1730-1750) y consta como obligatorio en algunas anotaciones de las visitas pastorales.
Muy interesante a la hora de investigar es la utilización en España del apellido paterno y materno, y que hoy nos la contaba muy resumida y detallada en la red social "X" (antes Twitter), el periodista y contador de historias, Iván Fernández Amil (@ivanfamil). Un interesante "hilo"*, sobre la excepcionalidad española (extensiva a los países hispanoamericanos que formaron parte de la Nueva España) en el uso de los dos apellidos; este hecho cuenta con 523 años de historia y ha facilitado y mucho, poder acceder a los antepasados de casi cualquier persona nacida en nuestro país, con un bajo porcentaje de error.
@ivanfamil nos cuenta que hasta el siglo XVI en España se usaba el apellido del padre o el de la madre para los hijos o hijas, con lo que el lío poblacional era considerable al no interelacionarse los nombres y apellidos de los miembros de la misma familia. Afortunadamente, entre los nobles de confianza de los Reyes Católicos, se encontraba el Cardenal Cisneros (Francisco Giménez de Cisneros 1436-1517), el cual viendo el caos implementó en 1501 un sistema de uso de los apellidos de padres y madres, que si bien fue primeramente usado en las clases altas de la sociedad, finalmente la costumbre lo llevó a ser usado masivamente. A pesar su utilidad, en los siguientes 350 años no tuvimos otro "Cardenal Cisneros" que lo diera valor de norma, comenzando a ser utilizado en el Censo de 1857, Registro Civil de 1871 y ya como obligado cumplimiento, en el Código Civil de 1889.
Pues con éstas anotaciones, el que quiera conocer sus orígenes tiene un largo y apasionante camino que recorrer, con unos resultados sorprendentes. Eso sí, os recomiendo que uséis algún programa informático especializado, libreta, boli y paciencia.
* Teniendo en cuenta que cada publicación en la red social "X" (antes Twitter) tiene una extensión máxima de 280 caracteres (letras, números, símbolos, etc.), si quieres publicar algo de más extensión, te obliga a realizar una sucesión de publicaciones que forman una unidad y esto se llama "Hilo" (como el que hilvana el bajo de un pantalón 😀).
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