domingo, 29 de septiembre de 2024

Domingo, 29 de septiembre de 2024

Día templado, muy bueno. 

Sin novedad por el pueblo, un 29 de septiembre de 1968, el abuelo Agapito en su agenda diaria habla de "las gervas":

Por la tarde en el coche del baile, vinieron Elvira y José Luis; se fueron a la “Guindalera” y se llevaron un capazo de gervas; después de cenar, volvieron a Burgos en el mismo coche (a las diez).

Las "gervas", esas pequeñas frutas que se recogían en esta estación del año, fueron muy frecuentes en las huertas de Castilla hace unos años y hoy prácticamente se encuentran extinguidas, de hecho, es difícil encontrar casi lo que es su propia definición.

Como los más mayores de sobra las conocen, para los más jóvenes, las gervas son una fruto del tamaño de un perusquillo pequeño, con la piel dura y áspera como la de una pera de invierno. 

Una vez recogidas -duras como tronchos- son casi incomestibles por su aspereza y se colocan en cajas para que maduren y cambien el color verde-rojo-amarillo, hasta el marrón, momento en que se pueden consumir. 

Tienen una gran cantidad de vitamina C y antioxidantes y un sabor entre dulce y ácido, pudiéndose consumir en crudo, aplastando la piel y chupando la pulpa, en mermeladas, para hacer licores y en la cocina.

Recordando hoy esta humilde fruta y como son difíciles de encontrar, si alguno las tiene en la huerta, que se acuerde de este humilde narrador. 

foto de http://variedadesantiguas.caderechas.com/variedades/gerbas/






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