Sigue el fresquete instalado en el páramo burgalés; indispensable la chaquetilla.
El que está encantado con el tiempo es Ismael, encargado de tener el pueblo esté a punto, limpio y ordenado; lo echamos de menos cuanto termina contrato, pero bueno, es lo que hay.
De momento a disfrutar de lo bien que se ve, todo de limpio y aseado.
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