Más frío que ayer: la temperatura osciló en el pueblo entre los -8 y -10ºC; el resto del día sol.
El 21 de septiembre el joven burgalés que predijo el año pasado la borrasca "Filomena", nos contó que viendo la posición de la luna, sobre el 24 de enero de 2022 podría tener lugar un episodio similar.
Entre ayer y hoy, a nueve días del 24, meteorólogos profesionales, aficionados, simpatizantes, o simplemente "cuñadísimos", se han lanzado en masa a denostar el método de "Las Cabañuelas", sistema utilizado por nuestros abuelos, para calcular a "ojo" el tiempo que iba a venir y del que dependía, comer o no comer, ya que el error podía acabar con sus cosechas.
Estos abuelos estudiaron poco, pero su experiencia de la observación del sol, la luna, los vientos, las nubes, la humedad, etc., la pasaban a sus descendientes, como único medio de sobrevivir en tiempos duros. Qué más hubieran querido ellos, que tener un teléfono móvil que les contara la previsión diaria del tiempo, haber estudiado meteorología, o simplemente que alguien se lo contara.
Por eso, ver hoy el "linchamiento" a las Cabañuelas de las que tanto y bien se habló cuando acertaron (o al menos, nadie dijo ni mú), no deja de ser una auténtica barbaridad.
No me quiero imaginar si resulta que la previsión cambia, y la semana del 24 cae la mundial; más de uno va a tener que borrar medio Twitter.
En fin... de algo había que hablar. Sin novedad por el pueblo.
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