El Sábado Santo despertó sin lluvia, pero durante todo el día nos fue trayendo rociadas de mayor o menor intensidad (en algunos momentos -por demás-), lo cual no fue óbice para que se celebrara la ya tradicional "Fiesta de la Matanza", que cumplía su 21 aniversario.
Con ocasión del evento, nos visitó el buen amigo Mariano Berezo (padre), que durante tantos años y hasta hace bien poco, fue carnicero del pueblo y que pasó un buen rato charlando y poniéndose al día con sus clientas y amigos de toda una vida vendiendo por toda la comarca.
Con el cerdo postrado, Firio y Manolo (los matarifes oficiales), se encargaron de ir cortando en tajadas la canal suministrada, con el apoyo de Santi y otros que se apuntaban al despiece.
Mientras, José Luis atendía la cocción de las morcillas, que previamente habían sido preparadas y embuchadas por Elvira, María Jesús, Victorina, Begoña y Marisol y en el fuego, un buen y nutrido grupo de parrilleros encabezados por Jose, Loren, Juan Carlos y Josemari y otros cuantos, que se apuntaban a preparar alguna parrilla y que consiguieron asar todo el cerdo a pesar de las continúas lluvias que fueron cayendo durante toda la mañana.
Todo este trabajo fue degustado en hora y media por el público participante, obviando por un día el colesterol, los triglicéridos o el azúcar, terminando la fiesta con la rifa de un jamón y otros premios. Por la tarde un descansillo y el bar Pepe, campeonato de mus muy intenso y divertido, que fue ganado por Jose y Ángel.
Ya de noche, Vigilia Pascual en la Iglesia en la participaron vecinos de pueblos limítrofes y la finalización, "torneo" de las nuevas campanas, que para ser la primera vez que se estrenan, no estuvo del todo mal, pero que queda como asignatura pendiente, cogerlas el ritmillo.
Después chocolate con bizcochos en la casa Ayuntamiento y dormir, que el día ha sido muy largo.
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