Día de lluvia generalizada.
La verdad que un Viernes Santo sin Procesión en el pueblo, pues no es lo mismo. Para veteranos y noveles tiene un especial significado y muchos sacrifican el puente de Semana Santa año tras año, para poder cargar con la cruz, las imágenes o los faroles; para ponerse el capuchón o formar parte de la guardia legionaria romana, por lo que la suspensión del acto estuvo un rato chirriando, más y cuando y al poco de dar la mala noticia, salió el sol y quedó el cielo despejado, por lo que los organizadores decidieron arriesgar un poquito y que el acto se llevara finalmente a cabo.
Cada uno en su papel ocuparon sus puestos, repusieron fuerzas en la casa ayuntamiento con el tradicional "escabeche" (este año bendecido por Eliset, el cura del pueblo) y después del Rosario con el cielo estrellado, procesionaron por las calles del pueblo con las caídas de Santi, las saetas de Ramón y el sonido del silencio, roto por del bombo y el tambor de Loren y Alberto. Inesperadamente a medio camino, se puso a llover como si no hubiera un mañana, por lo que hubo que terminar el acto a paso ligero mientras el agua corría abundante por las calles y daba un brillo especial a los pasos.
Una Procesión accidentada que sin duda se recordará y que trae el pensamiento de que todo pasa por algo y todo tiene su significado; cada uno que saque sus propias conclusiones.
Por cierto, se estrenaron cuatro trajes...
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