Los combates se recrudecen, atacando todo tipo de objetivos, incluidos barrios civiles, como el de Obolon en Kiev. Rusia sigue bombardeando objetivos cercanos a la frontera con Polonia. La OTAN teme que algún misil ruso caiga en suelo aliado y se provoque una situación difícil.
En Kherson los civiles se manifiestan multitudinariamente ante los rusos y le dicen que se marchen a su país. Jarkov y Marioupol resisten con grandes pérdidas y destrucción de edificios.
Rusia justifica el ataque a un hospital con la excusa de que se había convertido en una base militar del batallón ucraniano "Azov". Los heridos lo desmienten.
Ya se acercan a 3 millones el número de refugiados ucranianos. Se sigue negociando un alto el fuego, con poco resultado hasta el momento. En territorio ruso, censura informativa y detenciones.
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